MEMORIA - VOCES - IMÁGENES

Este segundo número de la Revista nos encuentra transitando el año del Bicentenario del Nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento”, y “Memoria. Voces e Imágenes” no puede permanecer ajena a este aniversario no sólo por tratarse de una revista de Historia, sino porque su razón de ser es precisamente el rescate a través de la palabra de la memoria de una sociedad toda y en este número se le rinde homenaje a través de un artículo que aborda el tema el arte de tejer en telar, como lo realizaba dona Paula Albarracín, madre del Gran Maestro, y la línea de continuidad en el tiempo hasta el presente por tradición oral en este caso en tejedoras iglesianas.
Los artículos abordan diferentes temáticas, las cuales dan a conocer temas de la historia de San Juan, enfocados desde tradiciones que se han ido perdiendo a través del tiempo como los fogones en honor a San Juan Bautista, otros recordando ese San Juan pre-terremoto del 44 con sus cotidianidades, que no hemos conocido en razón de ese luctuoso suceso que se constituyó en una bisagra en la memoria de muchos sanjuaninos que lo perdieron todo no solo en lo material, sino también a sus seres queridos y que hoy se constituyen en huellas mnemónicas.
Acercarnos al imaginario colectivo de la sociedad sanjuanina a través de la imagen y la palabra constituye el objetivo del artículo que nos acerca a como los chicos sanjuaninos de ayer y hoy disfrutaban con su juegos infantiles. Al igual de cómo se transmitió de generación en generación las creencias sobre las curaciones, los “sanadores” en malestares físicos, tales como, la «ojeadura», el «mal de ojo», la «culebrilla», el «empacho», las «testes» o «verrugas», la «parálisis facial».
También acontecimientos históricos de protesta social que han dejado su huella en la historia de la provincia con un fuerte impacto en la historia nacional como el denominado “sanjuaninazo” es objeto de abordaje en este número de la Revista.
Otros temas que tiene a la mujer como protagonista, encuentran su espacio en la Revista desde el sentimiento de dos madres que perdieron a sus hijos en hechos traumático como fue durante el proceso de la última dictadura militar en la Argentina y en “La guerra de Las Malvinas” y como sobrellevan su dolor a través de acciones concretas tratando de que la sociedad no olvide a sus hijos. Otro tema de género que lamentablemente cada vez cobra más fuerza en la sociedad es la violencia hacía las mujeres, el recate descarnado de esas “voces silentes” constituye un claro ejemplo del nuevo oficio del historiador en este milenio comprometido con la sociedad toda.
Reiterando nuestro anhelo de que esta Revista sea un espacio para que los investigadores orales y los “ciudadanos de a pie” puedan dar a conocer su producción nos despedimos hasta la próxima edición.

GRACIEL A GOMEZ-GLADYS MIRANDA


Texto editado en la Revista 

No creo en brujas, pero que las hay, las hay
Hugo Roberto Basualdo Miranda
Rosa del Valle Ferrer


Parafraseando un refrán muy popular sobre todo en Galicia, “Eu non creo nas meigas, mais haberlas, haylas” es una manera de expresar, una de las tantas maneras contradictorias con las que los seres humanos vivimos y pensamos la existencia. El término meiga, maga, proviene del latín magicus y se utiliza, tanto en Asturias como en Galicia con el significado de "persona de con poderes extraordinarios o mágicos y que puede pactar con el diablo”, de acuerdo con la RAE. Término intercambiable con el de “brujas”.
Una figura muy difundida y arraigada en el imaginario popular en todas las épocas del devenir humano, pero que durante los siglos medievales y en la edad moderna tiene una presencia muy fuerte. Aunque no han podido desprenderse de toda la carga negativa de sus atributos, hoy en día, las modernas meigas o brujas son muy conocidas (o conocidos) como curanderas y videntes. Personajes que mediante sus “poderes” adivinatorios y/o curatorios ayudan al común de la gente a solucionar problemas de todo tipo, e inclusive a hacer o canalizar el mal hacia otras.
Con todo, la acción de adivinas y curanderas, no tiene nada de novedoso. Desde tiempos inmemoriales las prácticas referidas a lograr soluciones a problemas, tanto de carácter físicos como psíquicos, ha encontrado un fértil campo de cultivo en las creencias de las sociedades. Prácticas y creencias que, por otra parte, han quedado reflejadas, de manera muy viva y siempre vigente en la memoria. Ámbito, que por lo común, es referido, o mejor dicho, se nutre en el imaginario social.
Aquí hablamos de lo que se entiende por creencias populares que incluyen, entre otras, las prácticas referidas a las curaciones y sanciones. Esfera en el que se dan la mano el imaginario colectivo, las creencias, las leyendas, los mitos, lo mágico, lo ritual, lo religioso… en ese amplio marco conceptual que involucra la memoria. Las creencias, y por ende, los imaginarios sociales, entran juego allí donde la razón no puede dar respuestas a interrogantes que hacen referencia al origen o al sentido y fin de la existencia. Parafraseando a Manuel Antonio Baeza[1] diríamos que “se visten” de pensamiento religioso. “La religión y el arte completan la adaptación del hombre a su universo aportándole seguridad frente a las fuerzas más poderosas que él mismo….[2]
La religión es un elemento dinámico en la cultura y como tal va cambiando con el paso de los años. Pero, ¿Qué es lo que influye para que las prácticas de sanación o los rituales de sanación sigan existiendo y se sigan transmitiendo de generación en generación en nuestras sociedad? ¿Es nuestra sociedad, una sociedad tradicional, en donde los cambios son menos acelerado o es que los cambios en este aspecto cultural lo son?
En este contexto, el recurso a la búsqueda de soluciones en el cotidiano “hacer” de los rituales, tanto en la lectura del presente como del pasado, como de adivinación del porvenir, se confunden y entremezclan con las prácticas de curación y/o sanación de los males corporales y del alma. Es así como, el abanico de posibilidades para la “lectura” y “solución” de los mismos encuentran su respuesta en medios alternativos que cuentan, desde siempre, con una amplia oferta de “cultores”. Éstos ofrecen sus servicios a cambio de alguna contribución “voluntaria” –o estipulada de “común acuerdo”- y de reconocimiento y difusión por el “trabajo” realizado.
Las prácticas de sanación, tanto de dolencias menores como de males del espíritu, se trasmiten de generación en generación manteniendo una generalización mayor unas sobre otras. Llegar a decodificar algunas de estas prácticas y entender su vigencia forman parte de los objetivos de nuestro trabajo que, encaramos desde el rescate de la oralidad[3].
En una sociedad en la que la “escritura” tienen el papel preponderante y la narración de los hechos “escritos” es su mejor forma de recuperación y transmisión de la totalidad de su experiencia, la cultura oral, siempre viva y vigente, nos ofrece el acceso a otra porción de la misma, que en numerosas culturas orales reviste vital importancia como medio de conservación y narración[4]. Forma que parecía olvidada y que sin embargo, cobra hoy alta significatividad de la mano de la historia oral[5].
A pesar de la importancia, nadie podría negarlo, que tiene el espacio de la escritura, ella, sin embargo, es producto, de forma directa o indirecta, de la “palabra hablada”; el mundo del sonido es anterior al escrito. Ámbito natural del lenguaje oral y que le es imprescindible en la transmisión de significados. Así, escritura y oralidad van de la mano[6].
Siguiendo con la propuesta temática debemos a continuación fijar otros conceptos que involucran el tratamiento de la ponencia. Entre estas, rito, magia, adivinación (videncias), entidades (fuerzas), energías, por supuesto, el intermediario (el “sanador”) y quien acude al servicio. Estas cuestiones y otras contextualizaron el análisis de la investigación que está en proceso, ya que las prácticas de sanación son muy variadas y, en extremo relevantes, por su cotidianeidad y recurrencia a ellas.
Los instrumentos para llegar a la sanación pueden ser los ritos que practican las personas para llegar a mantener su salud equilibrio espiritual o del cuerpo. Los ritos son conductas estereotipadas, que se repiten y que son consensuadas por quienes los practican. El ritual, llevado a cabo por medio de gestos, manipulación de objetos y recitado de fórmulas y relatos citados por magos y sacerdotes, trata de recuperar y conservar la situación original; “el rito carga de sacralidad, es decir, de vitalidad renovada y de energía, al tiempo, al espacio y a la causalidad empírica”[7]. “Los ritos sustentan al mito y lo prolongan en la memoria”. Por tanto, En el occidente cristiano, los ritos, como los mitos son inseparables de un tiempo y de un espacio sagrados[8].
Otro concepto relacionado con mito-rito tiene que ver con las imágenes que sobre el particular se forma el común de la gente; esto es, el significado que tienen las formas y las prácticas de los que tienen la habilidad de comunicarse con “lo sobrenatural”. ¿Adivinación, Magia? Teniendo en cuenta que a magia es otra de las partes constitutivas de los sistemas de creencias, tanto la magia como la religión se pueden considerar como componentes de la visión humana del mundo[9]. Así la magia se define como una técnica de la que se supone que consigue su propósito mediante el uso de medicinas (todo objeto en el cual se supone que reside una fuerza mística y que se emplea en ritos mágicos). Esas medicinas operan como un rito mágico y van por lo general acompañadas de una fórmula mágica[10].
Las creencias más extendidas en nuestra región cultural, son las curaciones de males que, como algunos afirman, sólo pueden ser sanados con curaciones de palabra, que se incluyen en el ámbito del “curanderismo”: este es el tratamiento de condiciones patológicas, sea por medios empíricos o por medios mágicos, por medio de la medicina o de la cirugía. Ahora bien; quién interpreta y cómo se interpreta. Aquí la adivinación y el sanador se encuentran en el centro. La adivinación debe ser considerada como una manera de alcanzar el dominio de lo sobrenatural, pudiendo manifestarse de dos maneras: por una parte, es a través del uso de medios independientes del adivinador y cuya operación se determina por los datos, con la inclusión del azar es el elemento principal; la otra, es por contacto con un espíritu divino, el cual se apodera de la personalidad de una persona o “medium” y habla a través de él[11]. El “sanador es aquel hombre o mujer que sostiene la salud de la comunidad a través de la intermediación desinteresada entre sus pares y lo sobrenatural[12]. “El curandero es aquel personaje sincero en sus concepciones y prácticas que cree en lo que hace y actúa con un sistema basado en la sabiduría popular y en la tradición, siendo sus procedimientos adaptados al folklore y en estrecha relación con las características culturales del «Folk» en que actúa[13].
Pero, el curandero, el sanador es al mismo tiempo un “adivino”, tal como lo ratifican otros investigadores[14], y que “ven” o “leen” la enfermedad y/o el porvenir de la persona a través de algún elemento, tales como pueden ser los fluidos corporales, u otros, externos, tales como la borra del café, las hojas de coca, el fuego, las runas, etc.
A partir de este marco referencial hemos abordado la problemática de las prácticas culturales en relación a la sanación, de males físicos y del alma, a través de la experiencia de sus protagonistas. Tomando para el efecto las casos que tienen que ver con males y dolencias que no son consideradas, “formalmente” por la medicina convencional y en consecuencia, el recurso a los “especialistas” (sanadores y remedios) de la sanación no convencional. Por otro, lado, para los casos que se vinculan a problemas del “espíritu”, tomamos en consideración el testimonio de “parapsicólogos”, como se definen así mismo, los profesionales entrevistados –o también autodenominado, en uno de los casos como “mago”. Aunque, en el leguaje cotidiano, se les menciona como “brujos”, “curanderos”, “cuenteros”, etc.
Con el propósito de ilustrar el tema en los comienzos del nuevo milenio hemos recurrido a éstos “viejos” y “modernos” interlocutores con mundos y realidades que trascienden nuestra realidad y que al mismo tiempo nos ofrecen sus servicios para dar soluciones a las dolencias, tanto físicas como espirituales, como así también a canalizar la envidia, la ira, el mal, hacia otros. Para esto, el recurso a la oralidad ha sido nuestra herramienta que nos ha acercado un poco más a este ámbito, a veces tolerado y otras veces perseguido, tanto por los mecanismos de control social como por las autoridades públicas encargadas de proteger a la población contra los fraudes y engaños.
Basta abrir un diario local como nacional para encontramos avisos que ofrecen un variado espectro de servicios en relación a estas problemáticas:
“Daniel. Único profesional dedicado a los problemas de amor. Atraigo al ser amado por más difícil que sea, infiel que haya sido o alejado que se encuentre. 100% efectivo. Llame a Mendoza, consulta gratis. 0261-4270696”. “Daniel logrará que tu pareja regrese a tu lado. Amarres en tan solo horas. 0261-4270696”. “Daniel pondrá de rodillas y a tus pies al ser que tanto amas”. “Daniel un profesional serio y responsable a tu servicio”. “Daniel. Destruyo al intruso que te separa de la persona que amas. 0261-4270696”. “Daniel un profesional serio y responsable a tu servicio. 0261-4270696”
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“Don Carlos escucha, orienta y ayuda, unión de parejas, familias y trabajo. Aperturas económicas. Infalible. 0261 – 4227997”.
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“SUEN PARAPSICÓLOGOS. Tarot, horóscopo chino, uniones parejas, familia, abrecaminos. 4210632”[15].
Gema Tarot. Péndulos, runas a domicilio. Urgencias. Teléfono 4264449. Respuestas escritas, personales, magia, uniones, retorno, destrabes”.
PARAPSICOLOGÍA, VIDENCIAS. Nelva, mat. prof. N° 1288 Colegio Nac. De Parapsicología. Tratamiento de salud. Terapias psíquicas. Psicoprogramados. Sentimental. Fondos. Almafuerte 871, Barrio Salvador M. del Carril. Rawson. Tel. 4240134[16]
El abanico de servicios y posibilidades para dar soluciones a los problema y dolencias de la población son, no sólo variados, sino también sorprendentes, ya que reclaman la atención de los usuarios por los medios gráficos de consumo masivo, tal como lo constituye el periódico local y regional.
¡Cuán importantes deben ser las demandas de la gente que la oferta se publicita de manera abierta y explícita! Hasta no hace muchos años, esto no era habitual. Para el alma, sus dolores, sus desequilibrios, su desarmonización, sus desencuentros afectivos –tanto de parejas como de familias-, desengaños, etc., el remedio lo ofrecen a nivel consulta y adivinación, como de acciones que posibiliten la solución. Lo mismo para los problemas económicos, laborales, comerciales y de cualquier índole.
Pero también, los problemas de tipo físico son resueltos por procedimientos similares por los mismos sanadores y/o curadores de lo espiritual.
A veces la realidad supera a la ficción. Sobre todo el entorno provinciano en el que junto a las prácticas medico-sanitarias coexisten, con tanto o mayor fuerza, “prácticas” o “hábitos” no reconocidos oficialmente por la ciencia médica pero que sin embargo, no son desconocidas por ella y sus hacedores. Antes, todo lo contrario, empleadas de manera subsidiaria de acuerdo a la idiosincrasia de determinados sectores, grupos sociales o personas de diferentes niveles socioculturales y económicos para remediar dolencias del cuerpo (“empacho”, “ojeadura”, etc.).
Sin embargo, junto a las dolencias, “físicas” –reales o imaginarias-, la gente recurre a los cultores de estas mismas prácticas con el objeto de solucionar problemas que tienen que ver más con dolencias del “alma” (“mal de amores”, “trabajos”, etc). De ahí nuestra propuesta de acercarnos a esta problemática a través del testimonio oral de algunos de estos “cultores” y/o “hacedores” con cuya acción tratan de ofrecer soluciones a las demandas que éstos plantean. Rescatando algunas de las soluciones y la formas de aprendizaje de las mismas como así también su conservación a través del tiempo.

Prácticas de Videncia

Las técnicas de la magia contrastan con la de la plegaria al decir de Herskovits, pero en la vida cotidiana hay muy poca diferencia entre ambas ya que solo se las podría diferenciar por las invocaciones que hacen cada una de ellas. Para las prácticas mágicas se usa objetos y palabras mágicas. Los objetos son diversos desde velas hasta imágenes de bulto de seres de diversas procedencias. La más común denominación que se les da es Fetiche.
La aplicación de estas técnicas puede perseguir objetivos positivos o negativos. La adivinación la pueden practicar, tanto con elementos que ayudan para “vislumbrar” el futuro como las que se logran a través del contacto con los espíritus. Los videntes son quienes se consideran “médium” en este quehacer.
Para conocer de primera mano estas prácticas, su significado y el rol que cumplen los “sanadores” y/o “videntes” hemos recurrido, como señalamos más arriba, al relato de un conocido parapsicólogo en la provincia de San Juan, que sin embargo, reside en Buenos Aires.
Nos cuenta como se inició en este tema. Viene habitualmente desde hace unos dieciocho años a la provincia todos los meses. El define lo que hace como una vocación que desde joven sintió y que los siente como “un trabajo espiritual, metafísico, paranormal”. A lo trece, catorce años pretendía ser cura “siempre tuve un atracción muy grande hacia lo espiritual[17]. Por ello seguiría sus estudios en el llamado “Taller Don Bosco” para hijos de familias de escasos recursos. Su vocación lo llevaría a intentar inscribirse en el seminario pero, lamentablemente, no pudo ingresar por su condición de hijo de madre soltera. “Me tiraron de un hondazo a los dieciocho. En el seminario me dijeron que; me echaron, o sea fue a anotarme, entre estuve unos días hasta que me llamo el cura, llamo a mamá y dijo que no podía porque al ser hijo de madre soltera… es como que me sentí frustrado, para mi realmente ser cura era una vocación real de alma, y bueno me sentí muy mal”.
Hacia el año 1965, a través de su madre que frecuentaba un grupo “umbanda” se introduce él en esta religión contactándose con un “pai” que reconoció en él poderes. El acepta integrar el grupo, a condición de no abandonar su ser católico práctico.
A los seis o siete meses de estar en aprendizaje y adiestramiento recibe su primera entidad: un negro africano que había sido esclavo. Desde ahí hizo todo el sacerdocio umbanda, llegando a ser “Pai de Santo”. Pero como esto no le cubría totalmente sus expectativas, sintiéndose insatisfecho, decide viajar a Brasil en busca de ese “algo” que le faltaba. Allí, entra en contacto con la gente y comienza a ver “cosas” en ella. Estas visiones, y el don de ellas se lo confirma un brasileño. Sin embargo, él recuerda que desde pequeño el veía cosas en la gente, sin comprender bien su real significado.
A los diecinueve años, en Río de Janeiro, realiza un curso de Parapsicología. Dicha experiencia le permite el aprendizaje de “videncias”, “energía”, “armonización espiritual”, “espiritismo”…, vinculándose a través de esto último al “Kardesismo” (expresión derivada de la corriente espiritista iniciada por el alemán Alan Kardec”).
Dentro de los grupos «New Age» algunos de ellos responden a la tradición espiritista expresada en las enseñanza de Alan Kardec[18], de raíz gnóstica, teosófica, rosacruz o en general de los diversos esoterismos popularizados en los últimos siglos, con especial interés por la adivinación en sus diversas modalidades y en el general la parapsicología[19].
Según nuestro entrevistado, Kardec, es autor del “Libro de los Espíritus” e iniciador de una nueva religión en Sudamérica, el “espiritismo” que en Brasil pasó a denominarse “Kardesismo” de cuyo seno surgiría la religión “Umbanda”. Dejando claro que esta no es “magia”, sino “religión”, que se manifiesta como desde 1908. Esto es a partir de un sesión de espiritismo que realiza Alan Kardec y en la que se manifiesta una “entidad” llamada “siete flechas” que les indica que esto es el comienzo de una nueva religión, y que era la unión de las “bandas”, del “amor[20].
Desmitificando los aspectos negativos que sobre la misma existen hoy día, nos informa de algunas características de esta religión, entre las cuales se pueden citar, entre otros, el sacrificio de animales, la ingestión de bebidas y el consumo de cigarros. Esto es, porque cada uno de ellos es considerado un elemento ritual de culto que simbolizan, como en otras creencias, aspectos religiosos. Así, el sacrificio, es ofrenda; el humo es la nube; la bebida es el agua derramada, etc.
Refiriéndose al tema “videncias”, y sobre sí mismo, sus palabras nos ofrecen un valioso e inestimable testimonio que dice bien a las claras lo que son y significan aquellas. “Los primeros tiempos vos no crees en tus videncias, vos decís ¡no!, soy un chanta; ¡no!, ¡la pegué!... Dudás mucho; le decís a la gente dudando las cosas. [Sin embargo] la gente te va ratificando, diciendo; ¡mirá!, me dijíste tal cosa y paso, dijiste tal otra, pasó…” Empero, afirma “que esto no es un don”. “Todo el mundo tienen videncias; lo que pasa es que el don es que vos estés preparado; o sea, un médico tiene el don de ser médico porque el está predispuesto a ser médico y curar; un abogado tiene el don de ser abogado; y vos profesor tenés el don de enseñar”.
Por otra parte, indica que él tiene dos dones que ha desarrollado. Uno, el de la “videncia”; sobre el cual manifiesta su confianza y fe en ello con una efectividad de un setenta por ciento. No cree en nadie que diga que es efectivo al cien por cien por que en su opinión sería “omnipotente” lo cual el descarta de lleno. El otro don tiene que ver más con cualidades vinculadas a la enseñanza y a la actuación.
En su opinión y valoración sobre las “videncias” entiende que “ser vidente, no cierto, parapsicólogo, usando bien, es un regalo del cielo ¿verdad?; vos estás ayudando a la gente y la gente viene con problemas”. A través de la entrevista, en diversas oportunidades explica y define lo que es la “parapsicología”. “La Parapsicología, lo que hace es guiar a la gente, es una guía; o sea, la persona va a atenderse a un parapsicólogo; el parapsicólogo le hace un análisis, que es exactamente como ir a un psicólogo”. Opinión que posteriormente complementa con otra: “La Parapsicología no tiene nada que ver, absolutamente, nada que ver con la religión. La Parapsicología es científica no religiosa”. Y en este sentido realiza un paralelo entre la labor de la parapsicología y la psicología. Encuentra que la diferencia básica se manifiesta, en que el psicólogo sólo te escucha; en tanto que, el parapsicólogo, te habla y te escucha.
Esta valoración se complementa con lo que significa ser un profesional de la Parapsicología. A este respecto, nos remite de manera irónica a lo que ocurre todos los días. Abrir el diario y ver los avisos que allí publicitan los servicios de estos “especialistas” que se vinculan e intermedian con otras realidades. “Ser parapsicólogo, vidente… vas a leer en los avisos: «en veinticuatro horas te traigo a tu ser querido…». Son cosas imposibles. Porque si yo tuviese el poder de traer a un tipo o a una tipa en veinticuatro horas, tendría el poder de que si yo no lo quise a Menem y soy antimenemista acérrimo, ¡lo hubiese sacado en veinticuatro horas!. Es elemental…”. Reconoce abiertamente, que en su profesión, como ocurre con cualquier otra, “hay demasiados chantas”.
Como profesional de la Parapsicología expresa que, entre sus obligaciones, está el no hablar de “trabajos”, de “brujerías”, de “anunciar la muerte de alguien”. Solo pueden dar a entender, en este último caso, insinuar, o llamar la atención sobre el particular estado de salud de alguien del entorno familiar, pero sin hablar de la muerte como tal; solo evidenciar la necesidad de prestar mayor predisposición a tal o cual familiar.
La videncia como tal es vivida por él de forma inconsciente, es un fluir de cosas, al modo de una fuente de la que mana, sin saber de donde, ni porque, cosas y/o hechos sobre las personas. Y es categórico ante nuestra pregunta “¿qué ves?” “No se ve nada”. A lo que luego añade: “Es algo muy extraño. Porque uno; creo que es por, por práctica. Así decir; veo tal cosa o veo lo otro; no se ve nada; es como que vos hablás; no podés manejar este…; no podés manejar lo que vos decís, te salen y salen las palabras solas”. “Es como que algo sale desde algún lugar y te dice: si; porque mira; tenés que ir al oftalmólogo porque tenés una miopía terrible. O ¡mira!: hace quince días o hace un año te robaron o tené cuidado porque la semana que viene podés tener un accidente. O sea: no se ve nada. O sea; al menos en el caso mío, yo hablo de mi caso, yo no veo, yo, son palabras que me salen. O sea; fluyen… no puedo manejarlo”.
En relación con la enfermedad (real o imaginaria) nos conduce a la otra cara de la cuestión: el tratamiento o curación. Sobre el particular la visión del entrevistado es muy singular. “¡Verdad!: como el que te dice que yo lo curo. Vos, vos me conocés y sabés que yo de salud hablo con la gente y le digo [que] tiene tal cosa, tal cosa, pero no medico porque no entiendo nada de medicina, y no curo porque no creo en las curaciones”. En lo si cree y practica es la ayuda energética a través de la imposición de manos, en el reiky. Tal como él lo afirma, cree “…en la energía que te puede armonizar…. Te ayudo por medio de la energía a que vos te armonices; y, quizás, y quizás, borres esa enfermedad psicosomática que tenés”. Por que, tal como señalamos más arriba, el entiende a la parapsicología como una ayuda, como una guía en el camino de la armonización.
El espectro de personas que acuden a su consulta es variado, tanto en lo que hace a la gente en si, como a las problemáticas que se pide ayuda.
Rompiendo viejos tópicos sobre ser mayoritario el interés femenino por este campo, nuestro entrevistado, desmitifica esto al afirmar que hoy en día, la recurrencia es idéntica. Inclusive, llega a ser algunas veces a invertirse la relación, siendo los hombres los que en ocasiones consultan más asiduamente. “Y no es cierto, al menos en mi caso, no es cierto que es más mujeres. Hoy yo me reía, porque entre ayer y hoy creo que atendí treinta y dos hombres. Digo ¡Mirá vos! Hoy es el día de los hombres. Muchísimos hombres acá en San Juan. Y hombres que van a veces por curiosidad o porque se creen que la mujer va…
Mujeres, hombres, tanto jóvenes como adultos, e inclusive, adolescentes que recurren a él por problemas de estudio y solicitan su “ayuda” para sortear el momento. “También van mucho los jóvenes, en estos momento va mucha gente joven, mucha gente chica. Los chicos van mucho por los estudios, van mucho a preguntar por las materias, a pedir ¿me podés dar energía para las materias, me podés ayudar? Te traigo el nombre de los profesores, etc. En época de exámenes se me llena el consultorio con mujeres, mujeres y hombres, que van a preguntar por las materias de sus hijos”.
Incluidos todos los sectores socio-económicos, sin distinción de género, ni de grupos etarios, los que acuden a su consulta, no deja de sorprendernos, los sectores socio-profesionales que también acuden. Así vamos desde la ama de casa al profesional sanitario, tales como los “médicos [que] van muchísimos, psicólogos van muchísimo, policías van muchísimos, bueno.; especialistas de la salud mental, tales como psicólogos y psiquiatras; profesionales de la justicia, como los abogados; profesionales y especialistas de la educación, como los docentes; artistas… “Quien más consulta son los artistas. Los artistas, digamos, todos, quizás, el artista menos adicto es el pintor de cuadros. Quizás, el escultor. Esos no son tan adictos. El actor, el bailarín, el cantante, es muy adicto.
La consulta del personal sanitario de la salud mental y física se relaciona, tanto a problemas personales, como del ejercicio de su profesión “O sea; los médicos van por problemas que va cualquier ser humano, lo psicólogos, también”. A veces, los parapsicólogos prestan ayuda en conjunto con estos profesionales.
Y, e aquí los más singulares y llamativos sectores de consulta, que incluyen a los hacedores de la gestión política, tanto provincial como nacional. “Bueno, han ido muchos políticos. Los políticos creo que el cien por cien depende, o sea,  un poco…; tengo autoridad de decir que Menem tenía constantemente tres, el tenía brujos alrededor de él. Alfonsín también, Perón tuvo muchos brujos a su alrededor, en aquella época no se serían parapsicólogos; Kichner tiene los suyos también. Yo acá en la provincia e atendido dos o tres, obviamente no voy a dar nombres, después fuera de micrófono te los digo.
Refiriéndose a los porteños, en particular, y los argentinos en general, nos ofrece un crudo análisis sobre el “ser” argentino. El porteño es casi un niño porque es muy inseguro, entonces necesita siempre un papá. Digamos el argentino. Por eso tuvimos un Perón, por eso tuvimos a Menem, porque necesitamos un papá. Y después agarramos un, no un papá, un hijo de puta, agarramos. Pero bueno. Es problema nuestro.
Pero, así también, a un sector casi impensado, tal como lo constituyen los miembros del clero (curas y monjas) “Los curas: bueno los curas, al menos los que he atendido yo, acá en San Juan no, pero los curas que he atendido en Buenos Aires por problemas de identidad sexual, la mayoría, porque están enamorados de alguien de su mismo sexo y en lugar de pedirle permiso a Dios es como que me piden a mi que los ayude. Las monjas, si, las monjas por lo general es por amor también. Se enamoran de algún cura, o se enamoran de alguna otra monja, o se enamoran de alguna alumna. ¿De acuerdo’
Por último, en cuanto a las temáticas consultadas y/o solicitadas para su ayuda y solución, se puede constatar algunas constantes, tanto en hombres como en mujeres. Problemas relativos a los sentimientos –males de amores-, enfermedades físicas –cáncer, dolores de cabeza, de cuerpo, etc.-, dolencias psíquicas –angustias, depresiones, etc.-, e incluso por limpieza de “trabajos” realizados o encargos de “trabajos”. Además de las limpiezas de los hogares. Esto es algo muy común.
Sobre el tema “trabajos”, su particular visión sobre ellos, lo lleva a afirmar que “Yo tampoco creo ni acepto atraer gente por trabajos, yo soy un parapsicólogo atípico porque no hablo de trabajos…”. Porque el considera que no puede doblar la voluntad de la gente. Ante la consulta y solicitud de la gente que desea que él incida en la voluntad de ellos para mantenerlos a su lado o para hacer que su sentimientos les correspondan, él les recuerda que lo único que el puede hacer en todo esto es decirle a lo interesados lo que el ve de las personas en cuestión, pero que la decisión es de ellos, única y exclusivamente.
Nuestro entrevistado, en varias oportunidades nos recuerda su mortalidad y sus limitaciones “Porque no. O sea; no soy omnipotente, no soy Dios, soy un ser humano común y corriente”.

Prácticas de Sanación.

Entre las formas habituales de consulta a “sanadores” encontramos aquellas manifiestas en malestares físicos, tales como, la «ojeadura», el «mal de ojo», la «culebrilla», el «empacho», las «testes» o «verrugas», la «parálisis facial» (“La Hora”), las «aberturas de carnes», los «sabañones» entre otros males, tales como los que se detectan a través de la lectura de fluidos corporales: “la orina” (las aguas). Esta última práctica, a pesar de que tiene que ver más con las de videncia y/o adivinación, se analizan en este apartado dado el carácter popular, tanto en su práctica como en su conservación y transmisión.
Para ellos, los sanadores, personas comunes, personajes de nuestra vida cotidiana, aprenden sus saberes en los días de Semana Santa, especialmente, el “Viernes Santo” en donde las palabras deben ser repetidas tantas veces hasta ser aprendidas; y si se escriben, deben cuidadosamente resguardarse de la lectura de terceros. Siempre la transmisión se hace de forma oral. Conocidas y memorizadas las palabras y los gestos rituales que acompañan el acto de sanación ya se encuentran en condiciones de poder curar.
Sin embargo, Doña Merelle y Doña Teresa, algunas de nuestras entrevistadas, nos cuentan que también se puede “aprender a curar de palabra todos los lunes o viernes, porque ese día se dedica a lo nuevo[21]; aunque en opinión de la segunda, el aprendizaje no tiene días determinados. “Es mentira que tenga que ser un día especial, cualquier día es de Dios. El que sana es Dios[22].
En la mayoría de los rezos o versos que se repiten para las curaciones de palabra se invocan a Santos de la Religión Católica .Cuando se lleva a cabo el ritual de la curación es común que el curador y/o sanador empiece a bostezar o que sienta un dolor de cabeza momentáneo.

Verrugas – Testes

Según nos cuenta, le enseño la abuela de la “Chela” (vecina), “la madre del Jorge Tejada, que era de Caucete” Recuerda que esta señora le dio una oración para curar. Dice que se la enseñó un día indeterminado, recordando que no era necesario que fuera un día especial, sino cualquier día, porque el que cura realmente es Dios, no la persona.
El rito consiste en tomar una tela cualquiera que le dé el afectado. Se pone la tela en la tierra –por ejemplo en una maceta-, se le presiona con el dedo índice o cualquier otro y se rezan tres credos en cruz (haciendo la cruz sobre la tela). A continuación se entierra la tela en la tierra y se deja ahí. La gente ni se dá cuenta y un día desaparecen las verrugas.
Otros relatos indican que también se curan con mechones de pelo. “Decía la tía Israela que había que cortarle al afectado un mechón de pelo mientras la persona duerme y que había que enterrarlo. Pero no se que oración se decía”…. “Seguramente había una oración[23].
Recuerda doña Teresa que fue a la casa de una prima en la finca donde estaba una persona que le cuidada y a ella le llamó la atención la cantidad de “testes” que tenía en el brazo y le dijo “Mire a mi me enseñó una abuelita a decir una oración para curarlas. En realidad quien cura en Dios. No uno. Le pedí un trozo de tela y se arrancó un pedazo de la camisa que llevaba puesta. ¡Cómo sería la fe que tenía!” Y después su prima le avisa que habían desaparecido todas las “testes”.
Otros entrevistados, no sanadores, recuerdan que los mayores curaban las verrugas también con un trozo de tela, una hoja de la planta denominada “serrucho” y que también había un ritual con oraciones (que no saben cuáles eran, pero indudablemente, debía ser una oración de la tradición católica), unas “cruces” sobre las verrugas en cuestión y por último la colocación de esa tela y la hoja del serrucho en algún orificio de una pared de “adobe”.

Empacho

Una de las formas de curación es con una corbata: “Se miden tres codos desde la punta de la corbata; ahí se dobla en donde están los tres codos. Después se coloca la punta doblada en la boca del estómago y se vuelve a medir los tres codos y se va rezando una oración (un credo). Esto se hace por tres veces hasta que no haya diferencias. La corbata se achica cuando estás empachado; no llegan los tres codos. En cada una de las mediciones se hace una cruz en la boca del estómago”. Este ritual se repite hasta tres días, dependiendo de la gravedad del empacho. Hay personas que sólo necesitan una sola curación. El empacho lo aprendió a curar, pero no recuerda cuando ni quien se lo enseñó a curar.
En forma coincidente en la mayoría de los aspectos rituales, otra entrevistada agrega que se puede usar también una “tira negra” como instrumento en lugar de la corbata o del centímetro. Como un gran logro conseguimos que nos revelara la oración que se recita: “Jesús, José y María poné tu mano que yo pongo la mía, que salga este empacho que tiene……….., amén[24]. Esto se recita tres veces en tres días consecutivos en que se repite el ritual. Se agrega además un “Padre Nuestro” y un “Ave María”. Como elemento consolidatorio, se aconseja la ingestión de una infusión de hojas de “melocotón” el último día de la curación.
Otra forma de curar el empacho por la “tiradura del cuerito”. Unos dicen que es en la espalda “a la altura de la cintura. Se dice la misma oración y se tira el cuerito para arriba[25]; otros dicen que es en otros lugares.

Ojeadura

Otros males que atiende también, doña Teresa, es la “ojeadura”. Se la enseñó un viejito cuando nació Arturo (a los seis meses), su hijo mayor. Hacen unos cuarenta y seis años su hijo Arturo no paraba de llorar y un viejito que vino a buscar al esposo le dijo que el niño estaba “ojeado”. Entonces le dijo que le enseñaba a curárselo y que “no había día para aprender a curar”. Que “cualquier día era lo mismo”.
Tenés que poner un plato con agua en la cabeza. Poner sobre el agua tres o cuatro gotas de aceite en cruz y sobre el plato haciendo la cruz decir “dos ojos te han ojeado y tres santos te han mejorado”. Esto se repite “tres veces”. “Si quedan las tres gotas sin desarmar no está ojeado pero si las gotas se desarman está ojeado”. Este ritual se repite en la frente del afectado, haciendo la cruz con el pulgar y repitiendo por tres veces la oración mencionada: “dos ojos te han ojeado y tres santos te han mejorado”.
A la pregunta sobre el particular, de si esta capacidad es un “Don” o un ritual que cualquiera puede aprender, responde que: “Todos tenemos un don especial dice el padre Betancour y los dones de los padres, la madre tiene siete dones. Las madres pueden hacerle sanación a los hijos sobándoles. Especialmente las madres tienen un poder de sanación porque las madres tienen siete, cuando uno se bautiza, cuando hace la comunión, cuando se confirma, etc.”. Las madres católicas por supuesto. Correspondería a los siete sacramentos de la iglesia católica.
Doña Adriana Miranda, nos relata otras dos formas de curar la ojeadura. Una involucra “oraciones” rituales de procedencia brasilera, también mixturada con “oraciones” católicas. Por ejemplo: “Runga runga, quien te haya ojeado se estrunga y se haya estruculado, que salga este ojeado que posee………., Amén”. Se agrega un Padre Nuestro y se repite tres veces durante tres días. No es necesaria la presencia de la persona afectada.
Pero también nos informa de otro procedimiento que incluye sólo oraciones católicas: “En el nombre de Dios y Jesús, que salga este ojeado que posee…………, Amén” o “La ojeadura que te han dado, estos tres santos te la han curado, Jesús, José y María[26]. En el primero de estos dos casos, se comienza y termina el ritual “persignándose”. No es necesario que la persona afectada se encuentre presente, pero de estarlo, se le hacen “cruces” en la parte central de la cabeza y se le presiona levemente en los laterales de la cabeza. El procedimiento se repite tres veces durante tres días.
De acuerdo a algunos de nuestros informantes, siempre es conveniente que la curación de la ojeadura la realicen tres personas, con el objeto de lograr la curación más rápida y efectiva.


Abertura de carne

Al igual que el resto de las curaciones de palabra, las “aberturas de carne” tienen también un lugar en este amplio abanico de prácticas sanatorias. Como en otros casos, uno de nuestros informantes nos recuerda que el aprendió esto en “Viernes Santo” a través de una oración que invoca a la Virgen del Carmen.
El procedimiento que se lleva a cabo consiste en colocar una sartén con una taza o taza y media de agua sobre el fuego y se va efectuando todo el ritual. Mientras se va calentando el agua, con un jarro o una taza se va diciendo el nombre de la persona, el lugar donde tiene la abertura de carne y le reza a la virgen del Carmen una oración pidiéndole que lo cure y al final se apaga el fuego, se pone el jarro sobre el agua boca abajo y la tjera en cruz. Se hace la señal de la cruz y se dice el nombre de la persona. Se reza tres veces durante tres días.
La oración que se recita dice así: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y en el nombre de la Virgen del Carmen que si tienes abertura de carne en tal lugar la sane y la juntes a la misma en el nombre de la Virgen del Carmen[27]. Se reza un Padre Nuestro y se persigna.
La evidencia del mal se manifiesta cuando al poner el jarro vuelto sobre el agua y esta se absorbe a su interior. De no tener abertura no se absorbe nada de agua.
Otra oración rescatada en la curación de las aberturas de carnes expresan el siguiente recitar: “Por San Juan, por San Pedro, y por todos los Santos, por la Santísima Trinidad, por las piedras del mar que las carnes abiertas de……….. se vuelvan a cerrar. En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo Amén[28].

La lectura de “las aguas”

Profundizado un caso concreto y muy conocido en el ámbito provincial, nos encontramos con el caso de una mujer curandera que por los elementos que emplea en sus labores curativas se le conoce como la “la médica o la vieja de la alfalfa”. Lamentablemente, hoy en día, esta señora, que ya cuenta con muchos años (98) sólo se dedica a algunas curaciones de mucha urgencia, pero de ningún modo, es posible efectuar una entrevista personal con ella[29]. Por esta razón, hemos recurrido a la obra del sr. José Casas, en su tesis de maestría, que centra su investigación en el estudio de ese fenómeno curativo de la “uroscopia”, tarea que realizan algunos médicos populares y que consiste en el diagnóstico por la lectura de las “aguas” (orina).
Yo curo por este don que me ha venido”; “Será por herencia que me ha venido este don”;Esto no es estudio, es otra cosa que viene de otro lado… de Dios, ¡de quién más va a ser!, si él es quién manda esto. Esto lo manda él”. Esto “don”, como ella lo considera, lo hereda de su madre, e inclusive de su bisabuela. Aquí, hay coincidencia con los casos antes mencionados, de que el “don” o la habilidad les viene dado por Dios.
Empezó, muy joven, curando el dolor de muelas, el de “embriague”, de cabeza hasta hepatitis, pancreatitis e inclusive, dicen que el cáncer. En lo que se refiere al caso de la lectura de la “aguas”, doña Felipa recibe las aguas del paciente y procede a su lectura. Como el bioquímico analiza a densidad, el color y la sedimentación de la orina en el recipiente y luego “ve” en las formas de proyección en el papel; “ve” el organismo, “ve” la enfermedad. El proceso se reduce a cuatro momentos: a) preparación; b) lecturas de las aguas; c) diagnóstico; d) tratamiento. La lectura de las aguas requiere de ciertas condiciones, que forman parte de un ritual, tales como, el recipiente que tiene que ser cilíndrico, sin dibujos y no muy fino “Y ése siquiera adentro se ve, todo el hígado, todo eso se ve…” Asimismo, poseer una buena luminosidad (no cura cuando esta nublado ni cuando el sol está a medio día o cuando la inclinación es demasiada): “Hay que buscar el rayo de sol para poder sacar la fotografía”, “Tira la sombra (la luz del sol) más lejos que no se qué”.


Reflexiones Finales.

Lo cual, llegados a este punto, nos conduce a recuperar un viejo interrogante: el por qué de la vigencia de estas prácticas. La sociedad actual, con la complejidad y diversidad que ella comporta, con los medios y recursos que tiene para dar solución a innumerables problemas de su diario existir, dejan, sin embargo, numerosos vacíos que solamente encuentran soluciones en estas prácticas alternativas y no convencionales en el seno de una sociedad moderna y sin embargo tradicional al mismo tiempo.
Si tomamos el primero de los ámbitos analizados podemos destacar la correspondencia de estas prácticas con aspectos y elementos de la iglesia católica. Además que en todos los casos, el común denominador es el empleo de algunos elementos rituales, tales como un trozo de tela, una prenda (corbata), un centímetro, tinta china, una tijera, algunos elementos de cocina, tales como una taza (jarro), una sartén, un plato, aceite, agua, sal; como así también partes del cuerpo humano, tales como los cabellos, e incluso, animales o partes de ellos, tales como el sapo, la pata de conejo o de guanaco.
La entrevista a los profesionales de la Parapsicología, en especial, el caso tratado, nos acercó a un campo a través del cual nos llevaríamos varias sorpresas y algunas desmitificaciones en relación a sus prácticas. Sorpresas que tienen que ver con la procedencia de las consultas, los sectores socio-económicos, profesionales y culturales que acuden a la consulta, como asimismo los temas y problemas consultados, tal como hemos podido constatar más arriba de su propia “voz”.

Fuentes

ARCHIVO ORAL, Testimonio de Doña Merelle Albina Zárate. San Juan, 2005.
ARCHIVO ORAL, Testimonio de Doña Teresa Venditti. San Juan, 2005.
ARCHIVO ORAL, Testimonio de Doña Martha Florencia Miranda. San Juan, 2005
ARCHIVO ORAL, Testimonio de Doña Adriana Gabriela Miranda y Don Enrique Sánchez.
San Juan, 2005,
ARCHIVO ORAL, Entrevista a Parapsicólogo, San Juan, 2005.

Bibliografía
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CASAS, José. Otros modos de curar, otros modos de conocer. Doña Felipa, la médica de la alfalfa. San Juan, FACSO-UNSJ. 1994,Tesis de Maestría en Metodología de la investigación científica (Inédito)
DIEZ DE VELASCO, F. Introducción a la Historia de las religiones. Hombres, ritos, dioses. Madrid, Trotta, 1998.
GARCÍA BAZÁN, Francisco. Aspectos inusuales de lo sagrado. Madrid, Trotta, 2000
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RODRÍGUEZ, Olga Raquel. Documento de cátedra Antropología cultural. San Juan, FFHA-UNSJ, 1994.
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WARLEY, Jorge La cultura: versiones y definiciones. Buenos Aires, Biblos, 2003.