Este libro está destinado al docente, con el propósito de facilitar su tarea en el aula. Las secuencias de actividades que se presentan para el Primer Ciclo son un ejemplo de la lengua como un contenido transversal, necesario para cualquier aprendizaje.
La escritura se convierte en el eje vertebrador de la enseñanza de la lengua por lo tanto las propuestas parten de citaciones contextualizadas de comunicación, para lograr el desarrollo de las habilidades básicas: escuchar, hablar, leer y escribir.
INTRODUCCIÓN
¿POR QUÉ RECETAS DE AULA?
La realidad áulica muestra la necesidad de modelos que permitan conectar las teorías lingüísticas con la transposición didáctica para que el docente pueda adaptarlas a su grupo y reformularlas constantemente.
Sostenemos que es necesario reflexionar sobre la constante dualidad entre teoría y práctica. Algunos teóricos insisten en la importancia de no materializar sus posturas, “no brindar recetas”. Otros dicen que “no se deben dar recetas” porque hay riesgo de que se las imite, sin entender los fundamentos teóricos que las sustentan. Muchos tienen temor de mencionar esta palabra por el miedo a la repetición, a la esquematización y a la imposibilidad de salir de la rutina. Pero lo cierto, es que los docentes en la escuela precisan algunas “recetas de aula”.
Creemos que los ejemplos significan una forma concreta de visualizar conceptos teóricos y así se tienden puentes entre la abstracción que maneja el lingüista y lo concreto que significa la situación del docente en el aula.
El maestro es un ser creativo que se encuentra todos los años con diferentes grupos. Esperamos que esta propuesta, al ser implementada, cobre variados matices en cada uno de los artífices, en esa relación de retroalimentación, del proceso de enseñanza – aprendizaje.
¿POR QUÉ REVISAR LAS SITUACIONES DE ALFABETIZACIÓN?
Ante la cantidad alarmante de jóvenes que no entienden lo que leen y no escriben correctamente para desenvolverse exitosamente en distintos contextos sociales, consideramos que es inevitable fortalecer la alfabetización inicial, construyendo fundamentos sólidos que permitan el desarrollo de la lectoescritura. Por lo tanto todos los involucrados en el sistema educativo estamos obligados a volver a mirar este problema: la alfabetización inicial.
Debemos pensar sobre:
¿Cómo enseñamos a leer y escribir?
¿Cómo aprendemos?
¿Cómo evaluamos?
¿Cuál es el seguimiento que hacemos de
este proceso?
Nos resulta imprescindible partir del siguiente concepto:
“Alfabetizar es incluir a las personas en la cultura escrita de su comunidad, es hacerlos partícipes cada vez más activos y comprometidos de un saber patrimonial: la lengua. Es el trabajo sostenido con la escritura el que lleva a desarrollar el conocimiento de las formas de representación, comunicación y circulación social de la lengua escrita, a través del contacto asiduo con material gráfico (libros, revistas, diarios, carteles, manuales, diccionarios) y a través de su implicación en las actividades que desarrollan los que leen y escriben (intercambios epistolares, con soporte electrónico, lectura
y escritura con fines lúdicos, relacionados con el conocimiento, etc.) Ministerio de Educación (2002) “La escuela y la alfabetización inicial avanzada” Seminario Federal Buenos Aires.
La alfabetización constituye un proceso social que empieza en las relaciones de los niños con las personas que les sirven de modelo lector y escritor en su entorno familiar, y se extiende después a la escuela, al barrio y a los amigos.
A través de este concepto, el texto, que a veces es material de estudio de otras disciplinas, es el centro en la enseñanza de la lengua. Cada asignatura tiene su especificidad en cuanto a su vocabulario y a su formato textual y éste debe ser trabajado en la clase de lengua. Es tarea del docente ayudar al desarrollo de las habilidades básicas de sus alumnos: escuchar, hablar, leer, escribir. Así la lengua se convierte en una herramienta precisa para comunicarse y aprender saberes. Esto implica la inclusión de las otras disciplinas en la alfabetización inicial.
Estas Recetas son una respuesta a aquellos que se preguntan “Cómo hacemos para que los chicos aprendan a leer y a escribir”. Las actividades pueden ser tomadas textualmente o adaptadas a las necesidades de cada docente y su grupo de alumnos, o simplemente motivar otras ideas superadoras que atiendan a los intereses de los pequeños y reemplacen a aquellas que siguen métodos que llevan al docente por un camino y al niño por otro.
Se parte de textos, se considera la configuración de los párrafos, las oraciones, las palabras y las letras. Se incluyen actividades de conciencia fonológica, se trabajan los tres tipos de conocimientos necesarios para la alfabetización: el conocimiento de la escritura (saber para qué sirve escribir), del sistema de la lengua (conocer las unidades de la lengua: grafemas/fonemas) y del estilo del lenguaje escrito. (reconocer los distintos tipos de textos de circulación social).
Estas “recetas de aula” parten de posibles intereses de los alumnos de EGB1/primaria: “la fiesta de cumpleaños”, “la mascota”, “el juego del enmascarado”, para organizar una serie de actividades de lectura y escritura con distintos tipos de textos, con destinatarios reales. Se lee con un propósito y se escribe para comunicar algo a alguien que no es solamente la señorita. El niño descubre la funcionalidad de la lectura y la escritura (recordar y comunicar), tiene como modelo al maestro que lee y escribe por él cuando no sabe y con él, hasta que lo pueda hacer solo.
Las recetas pretenden ser un ejemplo práctico del enfoque comunicativo en la enseñanza de la lengua, con los aportes de la psicogénesis y del enfoque socio - histórico cultural.
Este trabajo surge como respuesta a un proyecto de investigación Estrategias de Escritura realizado en el Instituto de Formación Docente: Escuela Normal Superior Sarmiento, cuyo objetivo fue investigar cómo abordaban la escritura los docentes en el aula.
En dicho trabajo se destaca la escasa producción de textos completos escritos por los alumnos durante el ciclo lectivo y la ausencia de distintas actividades de planificación y revisión del texto escrito. Por consiguiente en este libro propiciamos actividades en las que la escritura sea el eje central de la enseñanza.
Además la selección de los Contenidos Priorizados que realizamos en el año 2002 en la Red Federal de Formación Docente Continua, Cabecera San Juan, Ministerio de Educación, nos permitió visualizar y establecer la relación entre los ejes en la enseñanza de la lengua: Oralidad, Lectura, Escritura, Reflexión sobre los hechos del lenguaje y Literatura. Por eso la secuenciación de contenidos que presentamos significan un modo de enseñar y aprender.
Para lograr una enseñanza justa e igualitaria en todo el país el Ministerio de Educación de la Nación, activamente ha difundido los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios los cuales coinciden en su espíritu con los Contenidos Priorizados 2002, antes mencionados. Por lo que estas Recetas ilustran situaciones de enseñanza-aprendizaje enmarcadas en ambas prescripciones.
Los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) seleccionados para cada año son los siguientes:
Primer Año
La escucha comprensiva de textos leídos por el docente.
La escucha, comprensión y disfrute de poesías, canciones, adivinanzas.
La lectura (comprensión y disfrute) de textos literarios (poesías) y textos no literarios.
La escritura asidua de textos en colaboración con el docente en condiciones que permitan discutir y consensuar el propósito, idear y redactar el texto conjuntamente con el maestro- dictándole el texto completo o realizando una escritura compartida- releer el borrador del texto con el maestro y reformularlo conjuntamente a partir de sus orientaciones.
La escritura de palabras, oraciones que conforman un texto (mensajes, invitaciones), que pueden ser comprendidos por ellos y por otros, así como la revisión de las propias escrituras para evaluar lo que falta escribir, proponer modificaciones y realizarlas.
Segundo Año
La escucha comprensiva de textos leídos o expresados en forma oral por el docente: descripciones de animales.
La lectura compartida con los compañeros, con el docente, de textos no literarios como notas de enciclopedia sobre diversos temas de interés para los niños.
La comprensión de textos instruccionales accesibles para los niños (consignas escolares).
La lectura autónoma de palabras, de oraciones que conforman textos o fragmentos (en distinto tipo de letra) con abundantes ilustraciones.
La escritura asidua de textos (descripciones) en forma autónoma o en colaboración con el docente.
La participación frecuente en situaciones de revisión de las propias escrituras para evaluar lo que falta escribir, proponer modificaciones y realizarlas.
El uso de signos de puntuación para la lectura y la escritura de textos: el punto, uso de mayúsculas después del punto.
La duda sobre la correcta escritura de palabras y el descubrimiento, el reconocimiento y la aplicación de convenciones ortográficas propias del sistema. (vocabulario de uso)
Tercer Año
La participación asidua en conversaciones acerca de experiencias personales, de lecturas compartidas, realizando aportes que se ajusten al contenido y al propósito de la comunicación, en el momento oportuno.
La producción de narraciones y descripciones con distintos propósitos.
La lectura de textos leídos por ellos (en silencio o voz alta) o por el docente en voz alta (textos literarios y no literarios).
La escritura de diversos textos - narraciones que incluyan descripción de personajes.
La reflexión sobre el vocabulario.
El reconocimiento de sustantivos comunes y propios, adjetivos y verbos de acción.
La duda sobre la correcta escritura de palabras y la aplicación de algunas convenciones ortográficas.